La historia del pensamiento abunda en destinos insospechados. Lo que un día estuvo en lo más alto se precipita al poco en el olvido, lo que parecía llamado a la desaparición perdura. Erasmo de Rotterdam fue en el siglo xvi la máxima personalidad del humanismo europeo, uno de los grandes impulsores de la modernidad cultural, cuya palabra era ley en el continente, y hoy solo es lectura de especialistas. Voltaire dio nombre a un siglo, el tan reciente xvm, se identificó en gran medida con el proyecto emancipador ilustrado, fue ensalzado por Nietzsche en la segunda mitad del siglo xix, y ha corrido suerte pareja a la de su predecesor humanista. Hubo un tiempo en que la cultura fue hege- liana, cuando se entendió que la historia de la humanidad tenía una dirección precisa y un sentido, percepción que llegó a ser abrumadoramente hegemónica en varios períodos del siglo xix y del xx, y hoy ya casi nadie quiere recordar a Hegel. Todos los indicios condenaban a un oscuro rincón de las enciclopedias a la doctrina de Baruch Spinoza.
Solé, Joan - Spinoza.
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