El nombre de Cleopatra evoca inmediatamente un mito relacionado con el exotismo de Oriente y los
excesos del poder femenino. Con frecuencia, se olvida que descendía de uno de los generales de
Alejandro Magno, Ptolomeo Lagos, y que fue la reina de un estado que albergó uno de los centros
culturales más importantes del Mediterráneo antiguo. Raras veces se ha valorado su labor como
gobernante, pero sí episodios amorosos que forjaron su leyenda de ser apasionado, tanto en sus
relaciones con los hombres como en la toma de decisiones políticas. Con estos rasgos se presenta su
biografía, impregnada de leyendas que no resulta fácil desmontar. De manera especial, han sido
artistas los que han utilizado los datos de la vida de esta mujer egipcia para realizar sus creaciones
literarias, pictóricas, operísticas o cinematográficas, en las que predomina la imagen de una mujer
atractiva, seductora y sensual, evidentemente cargada de prejuicios misóginos.
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